La psicofisiología ha realizado varias
aportaciones, sobre todo en el campo de la psicología clínica, los últimos
estudios anatómicos, fisiológicos y bioquímicos del cerebro han confirmado la
correlación clínica que hay con la conducta humana, por ejemplo las
alteraciones de la conducta, las investigaciones bioquímicas y el diagnóstico
por imágenes, con la Resonancia Magnética Cerebral, la Tomografía por emisión
de positrones con estudios de flujo sanguíneo y metabolismo cerebral, han
generado nuevas perspectivas en la psicología clínica (Beteta, 1999).
En el artículo de Beteta (1999) mencionan “la
interrelación entre los hallazgos de los tests neuropsicológicos y las
anormalidades anatómicas y bioquímicas, descritas en los estudios por imágenes,
así como por los exámenes neurofisiológicos (electroencefalografía y
potenciales evocados)” (p. 10).
De acuerdo a Vila y Fernández-Santaella (1997) el
estudio de la emoción desde la perspectiva psicofisiológica puede llevar a la
conclusión de que en ella hay implicación de procesos simultáneos tanto
periféricos como centrales, específicos y dimensionales, y fisiológicos y
cognitivos.
Haynes en Carboles y Buela (1997) considera que
la evaluación psicofisiológica sirve para la identificación del problema y a la
selección de tratamiento, por citar algunos ejemplos, en los casos de ansiedad,
depresión, la obesidad o las distinciones sexuales en donde se encuentran que
los factores psicofisiológicos son concurrentes con diferentes tipos de
relación con las principales conductas problema y con la precisión para evaluar.
Existen recientes informes que
indican la correlación entre los factores cognitivos y psicofisiológicos, los
cuales han producido imágenes variadas, ansiógenas y no ansiógenas, en
tratamientos conductuales, cognitivos de problemas fóbicos, entre otros, sin
embargo estos hallazgos pueden estar afectados por la manipulación de factores
cognitivos y por la observación de cambios en las variables psicofisiológicas (Carboles
y Buela, 1997).
Haciendo referencia al párrafo
anterior se debe resaltar el trabajo realizado por Mc-Guigan en 1978 sobre el
uso de las medidas psicofisiológicas en el registro y evaluación directa de
conductas encubiertas o pequeñas como el registro electromiográfico de la
lengua o labios para su evaluación objetiva (Carboles y Buela, 1997).
De acuerdo con Carboles y Buela (1997) hay un
resultado importante a consecuencia de los estudios de la evaluación multimodal
de amplio espectro para la evaluación de diversos componentes de respuesta para
identificar y comprender las conductas problemas que se presentan en un sujeto
para diseñar el plan de intervención más adecuado.
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